Más o menos nos vienen
a decir – los de arriba-que en el 2013 no habrá mejoría, que subirá el paro y
que habrán más desahucios, pero también nos dicen que es culpa nuestra porque
gastamos de más, aunque – esto es lo más importante- debemos resignarnos y no
quejarnos en voz alta, porque molestamos y porque además , es mal de muchos ,
que no nos andan muy a la zaga.
Los pobres españoles de ahora, son lo que antes tenían casa, tenían vida
y trabajaban, los que daban trabajo a otros y los que iban en coche al trabajo
y pagaban su gasolina y sus impuestos. Son los que daban de comer a otros, los
que hacían sus casas, los que las vendían , los que las ensolaban, los que les
ponían los electrodomésticos y las cocinas, los que daban clases a los
niños y los que ponían las inyecciones o
rellenaban las recetas. Cuando
los bancos nos dieron los créditos, les pidieron el dinero a los que les
sobraba , que a su vez querían sacarle más rendimiento y eso solo se consigue
prestando el dinero a quien tiene más riesgo de no devolverlo, o sea a nosotros,
los que entonces éramos soñadores, ahora transmutados en pobres sin miramientos.
Y
aunque parecía de cuento, confiamos,
confiamos en que la burbuja nunca nos estallaría en toda la cara llevándose
piel, músculos y huesos, confiamos en que los pisos seguirían subiendo y que
serían una buena inversión para nuestros hijos, sin darnos cuenta de que , en
unos años, caerían a fondo y se convertirían en losas sobre tumbas abiertas. Las
madres-ahora- nos seguimos preocupando por si hace frio o calor por las
mañanas, de si le pongo o no la rebequita al niño para llevarlo al colegio,
pero ya no hay euros para materiales, porque “achuchado” se ha vuelto nuestro
segundo apellido y hasta los colegios se hacen cargo y la solidaridad popular
se ha puesto como tirita a la gran llaga social que se nos ha venido encima.
A nosotros que comemos realidades amargas como bilis, la desaceleración
no nos sabe a prima de riesgo, ni a Ibex,
sino a gente echada de la casa que no puede pagarla, gente , que nunca
pudo pagar porque era una trampa perfecta de arañas atrapamoscas, incautas y
confiadas, que creían que los cuentos de Cenicienta y Bella se podían tomar con
la punta de los dedos y hacerse con ellos una tregua.
Hay algunos que discuten por los ordenadores portátiles que la Junta
pone a los niños, sin darse cuenta de que acaban de pedir rescate por miles de
millones de euros y que se cifran(???)para doce años al menos su devolución
sobre nuestras espaldas, que no hay dinero ni para las necesidades especiales
de muchos, ni para comedores sociales, ni para subvenciones esperadas, ni para
dependencias, porque no hay nada, más que palabras huecas y gente hambrienta y
una tortilla de un huevo, para dos niños, mayores, a medias, de soberano almuerzo.
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