POCA CARGA DE TRABAJO

Se está mandando a la gente a la calle para que tome el aire y vea los escaparates, para que no puedan pagar las hipotecas y los bancos se queden más fácilmente con sus pisos. Las empresas que nos sustentaban, que pagaban nóminas y daban para saldar trampas, nos evaden como los ricos a los impuestos, nos evaporan por veinte días por año y nos ponen en las listas negras de los parados, de los que no encuentran trabajo por mucho que se encallezcan los pies o presenten currículos a miles. Los pocos funcionarios que escaquean el parche, ya temen salir a desayunar por la presión mediática y porque ven peligrar sus barbas, porque los de cerca ya andan alopécicos y desmayados. No es una catástrofe mundial, porque no lo han dicho así las noticias, pero parece la gripe española de 1918, solo que en vez de mucosidad y fiebre alta, desencadena impotencia, frustración y rabia, como síntomas premonitorios de una muerte miserable. Nosotros los de aquí, queremos quitarle grima y nos cachondeamos de todo, porque qué otra cosa podemos hacer más que darle vueltas a la patata caliente , sintiéndonos fenicios de vocación, jodidos perpetuamente por los romanos, que nos arrebataron la potencia económica, la posteridad y el vino y se hicieron poseedores de todo, copiones y remendadores como los chinos y encima dicen los entendidos que son lo más y nosotros los descendientes de los que llevaban el lebbede por montera, desgraciados en supino , que ni patria ostentaban. Pero positivistas, creemos , que siempre nos quedará la Caleta, las miajitas de pescaito frito y los gritos estertóreos de las gaviotas sobre el puente Carranza, cachondeándose de nosotros, gilis al máximo ellas, que están famélicas perdidas, rezando por un bocadillo o una bolsa de patatas fritas abandonadas.

Poca carga de trabajo, pretextan algunos para darnos una patada en el culo, otros, nos hablan de la crisis y nos auguran un gran futuro en el autoempleo, aunque nos suene a galopada con los machos en la garganta, sobre una liana , en mitad de un precipicio. Quizás salgamos en los noticiarios , convertidos en estadísticas , ya sin nombre , ni condición humana, quizás seamos portada de algún periódico , de los de arriba de Despeñaperros, por cómo nos lo tomamos de bien y nos vean sentados en una terracita aliviando a una cerveza del peso de existir, o incluso nos riamos – a mandíbula batida-en los carnavales y seamos capaces de ir tras la cabalgata con zapatos de Drac-Queen…Pero no podemos olvidar que se está mandando a mansalva a gente a la calle, para que tomen el aire por la calle Ancha y vean los escaparates cerrados y las tiendas sin alquilar y las barajas abatidas, gente que pagó hipotecas y que compró alimentos que darle de comer a sus hijos y los vistió, hasta que se quedó después como el lebbede de los fenicios , cuando se dieron cuenta que los jodidos de los romanos, les habían ganado la partida y les habían dejado fuera del juego , por su poca carga de trabajo.