lunes, 9 de enero de 2012

OPTIMIZAR


Los tiempos van demasiado deprisa para mi, que ya siento la gordura de carnes en las rodillas.
El propósito de este año,como siempre reducir redondeces, ya lo he eliminado, porque no llegué al día dos y ya lo había hecho añicos, poniendo sobre la mesa una tarta helada.

"No hay que hacerse propósitos difíciles, que no puedas cumplir y encima te provoquen ansiedad"- dijo uno de estos imbéciles de la teleayuda que no han estudiado ni las lineas de la mano y aconsejan por llevarse los euros a su casa, muy gustosamente.

"No hay que hacerse propósitos y punto"- digo yo, porque basta ya de ir al paso de otros,de preocuparnos por lo que piensen otros, por querer vivir la vida de otros y por no pensar en lo que queremos- de verdad- nosotros, para nosotros mismos.

La muerte no me ronda por la cabeza, pero el camino a ella,sí, no porque Carmen Rodríguez haya fallecido, que también, sino por el camino en si mismo, como en la Odisea, el camino que nos deteriora y nos entrega a la mortalidad, esa, que no sentimos cuando penamos de amores, cuando nuestros hijos dependen de nosotros, ni cuando compramos en las rebajas, creyéndonos importantes , porque nos hemos llevado una ganga a casa.


Algunas veces somos tan pueriles y básicos que hasta me da fatiga...Díganme alguno de ustedes que seguro que le ha pasado , a mi desde luego que sí, si no han estado mirarse al espejo a media noche y pensar, ¿qué estoy haciendo con mi vida?, ¿qué estoy haciendo aquí?... y no responderte nadie nada, absolutamente nada, porque no había nada, ni nadie, que responderte , porque nada parecer tener sentido más que tu respiración en el cristal de la luna del espejo y el pecho suavemente levantado con ella.


Hay algunos que dicen que solo somos instintos primarios y ahí está S. Hawking para demostrarnos que no, que somos- en realidad- voluntad y fuerza ,al menos él que lucha contra la ELA y lo que sea , porque el tío se sale, aunque desgraciadamente, ya ven, somos más como yo , que ni siquiera puedo resistirme a los contornos de un buen plato o a hablar con ustedes aunque no sé- de seguro- si están ahí, conmigo.

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