lunes, 30 de enero de 2012

LORETO


La semana pasada fue extraña,melancolía adobada de sofocos nocturnos.

Rescatamos a Juana Sevilla , entre correos electrónicos maravillosos de su nieta mayor, Loreto Barragán, que me hace tener vergüenza de decir que soy escritora, por lo bien que maneja los tiempos y las imágenes visuales.

Digo rescatamos y digo bien, porque vi a Juana, rediviva, magnifica y presente, con sus mas de veinte años a la espalda de fallecida.

Vi con ella a mi propia abuela y entendí lo buena persona que era Juana al entrever esa relación con mi abuela, al comprender sus gustos comunes, porque también mi abuela tenia macetas y más macetas, que trastocaba y cambiaba y abonaba y regaba y regalaba, como si fueran niñas pequeñas.

No era Hobby como dice Mariló sino afán de campo, lejanía de tierra que no da para comer, pero sí para echarla de menos, Alcalá, presente en la Virgen de los Santos, en esas romerías a las que de mayores iban las dos , extrañas ya en un pueblo que no era el suyo y sí de Pizarros y de Perales.

Me acordé mucho de ella, de su buen hacer y su sonrisa perenne, esta noche en que mi hija jugó-con la gripe- a ser la niña del exorcista y se vengó de mi deseo de ser madre tardía , vomitando por donde le venía en gana.

Dice mi vecina, maestra en turnos de interinidad, que lo mejor son los niños menores de cinco años, porque después se encriptan como los jeroglíficos, pero no se encriptan, se hijoputean, se te hijoputean a ti , que los has parido y que les tocas la cabeza como preventivo de todo mal , cuando les sube la fiebre, con cinco años, y te ves un día - tocándote ellos los ovarios- cuando tienen quince y se creen que lo saben todo.

Los calores nocturnos son una miseria, porque te recuerdan cuando no los tenías y no tenías que embadurnarte la cara de crema ,porque si no lo haces se te vuelve rastrojo y el pelo se te cae y las ojeras son ya la marca de la casa y ni quieres mirar las paginas de internet que te dicen mierderias como que te vas a quedar frígida, con los huesos carcomidos, con el humor de Bretón o mas arrugas que un Shar Pei.

Que os den por las puertas de tierra, les dices tú a las estadísticas, porque tu abuela murió con 76 y estaba redonda pero lozana, sin arrugas y con el cuerpo hecho una venus de Botero, así que te sofocas, y te cabreas, pero no pierdes la esperanza, porque los días se levantan azules, aunque fríos y hay gente que entona en los carnavales y si ellos pueden trabajar y cantar o estar en el paro y hacer letras con que echar unas risas, cómo no puedes tú hilvanar letras y saludar con ellas a los que siempre te han querido.

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