viernes, 11 de noviembre de 2011

ZODICALES

Igual que los caballeros del Zodiaco que nunca morían , ni acababan las casillas, por más que pelearan, Rubalcaba y Rajoy se enzarzaron en algo –interminable-que sonaba muy bien pegada la cabeza a la almohada. Sé que Manolo Puyana se dormía con la tele puesta y que al pasar alguien de la familia y pensar que le molestaba, se la apagaban, despertándose él de repente y amonestando al que fuera, porque habían cortado su sueño. No me cortaron el sueño, a mí, las expectativas electorales de los contendientes, no me lo cortaron sus argumentos o no argumentos, sino que me lo corta el futuro de mis hijos que veo peliagudo y laborioso, fíjense qué paradoja, cuando lo difícil va a ser precisamente eso, laborar o sea dar el callo y que encima te paguen. Ahora sale un economista no sé de dónde y dice que esto va para largo, ya ven qué ciencia la suya, como si no lo supieran el ama de casa que hace cuentas con los dedos de las dos manos para llegar a fin de mes o el jubilado que rebusca en la basura o el estudiante que no quiere acabar porque sabe que como en “Matrix” al final lo único que hay es más de lo mismo. Estamos cansados, estamos la mayor parte de las veces hasta las narices de todo y de tanto enfadarnos nos hemos quedado sin resuello. Los días nos pasan por encima de la chepa que se nos ha formado de mirar al suelo y ya las estrellas andan perdidas sin poetas , ni soñadores , que las adulen. Los hombres lobos se han convertido en adolescentes hijos de madres televisivas que se ganan los dineros con las parrucherías del niño , que se vanagloria de lo que hizo o lo que distorsiona o lo que envenena para no dar respiro a nadie. Es una época de cambios profundos, de muerte de la fe en nosotros mismos y de salida de armarios de santos con pies de plomo y políticos que prometen lo que sea con tal de llenar las urnas porque nacieron para ello, sacados de la fabrica de los teleñecos, marionetas manipuladas por el poder supremo que consiste en perpetuarse a sí mismo. Las urnas no nos avalarán nada, no nos darán satisfacción , no nos darán empleo estable , ni casa pagada, solo nos darán promesas incumplidas, pero votaremos igual que nos levantamos y vamos a trabajar , no sabiendo que pasará mañana y teniendo hijos que criamos y sueños que escondemos como oro en paño, para que nada lo toque , ni espante. Somos necios- idiotas que seguimos dando pasos de ciego ante un acantilado, idéntica forma visual que la que describían en la edad media para el pecado y solo nos falta la serpiente enroscada en la pierna que quiere hundirnos en el abismo, por eso a falta de ella , nos embotamos la mente con televisión y nos damos a los placeres de endeudarnos, para que nuestra alma impoluta se coja ralladuras y se melle y no llegue intachable al infierno.

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